El barco de tus sueños

Había una vez un barco majestuoso, recién construido, de madera firme y velas blancas que parecían alas dispuestas a volar. La gente lo admiraba en el puerto: “¡Qué hermoso barco!”, decían. Y ahí permanecía, atado con cuerdas, meciéndose suavemente con las olas tranquilas.

El puerto era seguro. No había tormentas, no había riesgos. Pero con el paso de los días, aquel barco comenzó a perder brillo. Sus velas se llenaron de polvo, su madera empezó a resecarse, y su espíritu… se fue apagando.

Hasta que una noche, casi como un susurro del mar, el barco escuchó una voz que le decía:
—No fuiste creado para quedarte aquí. Fuiste hecho para navegar, para enfrentar el viento, para descubrir lo desconocido.

Y fue entonces que comprendió: la seguridad del puerto lo mantenía vivo… pero no lo dejaba vivir. Al amanecer, soltó amarras y se lanzó al océano abierto. Allí encontró tormentas, sí, pero también amaneceres infinitos, islas nuevas y estrellas que jamás hubiera visto desde la orilla.

Amigo que me escuchas, la reflexión es clara: tú y yo somos como ese barco. Podemos quedarnos anclados en lo cómodo, en lo seguro… o atrevernos a zarpar hacia lo que de verdad le da sentido a nuestra vida. Tal vez haya riesgos, pero ¿qué vale más? ¿Una vida entera en calma, o un viaje pleno hacia lo que sueñas?

El barco está más seguro en el puerto… pero no fue construido para quedarse ahí. Y tú, tampoco.

Si esta reflexión te ha tocado el corazón, te invito a seguir navegando conmigo en www.eduardocontigo.net, donde cada historia es un nuevo horizonte para descubrir juntos. Gracias por escuchar mi programación. Te envío un abrazo.