La fábula del colibrí y el viento
No siempre lo que parece una tormenta es un castigo. Muchas veces es la manera en que la vida nos abre un nuevo horizonte.
REFLEXIONES DE VIDA
Eduardo Núñez
9/3/20251 min read
Un pequeño colibrí volaba cada día por el mismo sendero, buscando flores conocidas. Su vida era sencilla: revoloteaba, bebía néctar, descansaba y volvía a empezar.
Un día, el viento sopló más fuerte que nunca y lo empujó lejos de su ruta. El colibrí se asustó, batió sus alas con fuerza, intentó resistirse, pero el viento insistía.
Cansado, pensó: “¿Y si dejo de luchar y me dejo llevar?”
Así lo hizo. Y al abrir sus alas sin resistencia, descubrió un valle escondido, lleno de flores de colores que jamás había visto. El néctar era más dulce, el aire más puro y la vista más hermosa.
Entonces entendió:
—Si el viento no me hubiera sacado de mi camino, nunca habría conocido toda esta belleza.
Desde aquel día, el colibrí ya no temió a los cambios ni a los imprevistos. Aprendió que, a veces, la vida nos empuja para llevarnos a lugares mejores de los que imaginamos.
No siempre lo que parece una tormenta es un castigo. Muchas veces es la manera en que la vida nos abre un nuevo horizonte.
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