La llama invisible
Cuando parece que ya no hay fuego, aún guardan calor. Eso es lo que muchas veces haces: aunque no lo sepas, sigues respirando, sigues intentando. Si confías en ese fuego invisible, alimentarás pequeñas chispas: con amor propio, con cuidado, con valor.
REFLEXIONES DE VIDA
Eduardo Núñez
9/18/20252 min read
Imagina una noche oscura en el altiplano, donde los vientos azotan las hojas desnudas de los árboles y solo se escucha el eco lejano del silencio. En ese paisaje frío camina una niña llamada Rosa, con los pies cubiertos de tierra y los ojos apagados por el cansancio de cargar lo que otros esperan de ella.
Rosa tiene miedo: miedo de no ser lo bastante, de fallar, de que su voz no importe. Cada mañana, se despierta viendo en el espejo una sombra de lo que sueña ser. Y aunque su alma guarda un fuego interno, lo cubre con capas de dudas, escondiendo su luz para que nadie la vea.
Una noche se encuentra con su abuela, sentada frente a la lumbre cuidando brasas. La abuela la mira con ternura, toma su mano y le dice:
—Hija mía, dentro de ti hay una llama invisible. Puede que no la veas, que te dé miedo dejarla arder, pero está viva.
Rosa duda.
—¿Cómo mantengo viva esa llama si siento frío, si todos me dicen que la apague para no destacar?
La abuela sonríe, e inclina el oído de Rosa al fuego.
—Mira estas brasas — le dice—. Cuando parece que ya no hay fuego, aún guardan calor. Eso es lo que muchas veces haces: aunque no lo sepas, sigues respirando, sigues intentando. Si confías en ese fuego invisible, alimentarás pequeñas chispas: con amor propio, con cuidado, con valor.
La niña mira la lumbre, siente ese calor, siente que algo cambia. Esa orilla oscura pierde potencia, la llama interior titila, se hace un puente hacia su verdad.
Mensaje final: No permitas que los miedos apaguen la llama invisible que llevas dentro. Aunque otros duden, aunque el viento frío sople fuerte... tu luz, tu valor, tu voz tienen poder. Cuídala, aliméntala, permite que ilumine tu camino.
📌 Más reflexiones profundas que inspiran el alma las comparto contigo en mi blog: www.eduardocontigo.net.
Te invito a que sigas caminando conmigo, intercambiando historias, escuchando y dejando que tu luz también brille para otros. Gracias por estar aquí.