la reflexión de hoy . Carta a mamá

Mamá, el otro día observando mi ombligo me detuve a pensar qué pequeño y curioso testimonio de una conección tan importante, una conección que me recuerda cómo comenzó mi vida, cómo comencé a ser yo… 

Hoy es difícil imaginar que alguna vez fuera tan pequeño que dependía completamente de alguien, y ese alguien eras tú mamá. 

Tú me mostraste mi primera mariposa y mi primer arco iris, estabas a mi lado cuando ensayé mis primeros pasos, fuiste la primera persona que me hiso reír y escuchaste que la primera palabra que dije fue “papá” … perdóname mamá… 

Me encanta que la gente diga que me parezco a ti, porque es verdad, tenemos los mismos ojos, las mismas orejas y la misma nariz y si los miras de cerca verás que hasta los dedos de nuestros pies son parecidos, aunque si lo piensas bien no es tan sorprendente, siempre seré una parte de ti porque tú me creaste; has esculpido mi rostro con un millón de besos cariñosos, me has enseñado todas las cosas importantes de nuestro mundo y mi lugar en él, todo lo aprendí de ti mientras te escuchaba y te observaba, has compartido conmigo todos los valores que te hacen tan especial: la bondad, el perdón, la honestidad, la perseverancia, la concideración y principalmente la paciencia… 

También me enseñaste que, incluso el día más terrible parece mejor con un vaso de leche tibia y galletas, tu serena filosofía de leche tibia y galletas mamá me ha ayudado a atravesar los momentos más difíciles, mucho más a menudo de lo que puedas imaginarte. 

Lo que trato de decirte mamá es que eres la base sobre la que se ha formado mi personalidad y sólo me queda una palabra: “gracias”… gracias por haberme colmado siempre de abrigo, de seguridad y de amor, por haberme dado todo lo que necesitaba para crecer y desarrollarme, gracias porque siempre estabas dispuesta a llevarme a todos lados, gracias por las exquisitas comidas de las que te ocupabas con tanto amor día trás día, año trás año y te agradezco especialmente mamá por aquel increíble aroma de pan recien tostado por las mañanas, gracias por dejar a tu tesoro de dos años jugar con tus poseciones más valiosas y por no haber dicho ” te lo dije, te lo dije” todas las veces que hubieras querido, gracias por levantarme cada vez que necesitaba un abrazo o ver algo desde la mejor ubicación, lo que seguramente no ha sido nada bueno para tu espalda…

Mamá, gracias por volar a rescatarme cada vez que me oías gritar “quiero a mi mamá”, siempre has sabido qué decir o qué callar para hacerme sentir mejor, gracias por tantos cálidos y amorosos abrazos, porque arreglabas juguetes y corazones rotos una y otra vez, gracias mamá, gracias por alentarme a buscar la belleza dentro de mí y a mantenerme siempre en pie, gracias por asegurarme que podria crecer y alcanzar el éxito en cualquier cosa que me propusiera si creía en mí de la misma manera en que tú lo hacías… 

Ahora comprendo a cuantas cosas renunciaste por mí, porque mi tiempo para jugar siempre estuvo primero que tu tiempo para descansar, mis comidas eran más importantes que las tuyas. 

Cada vez que tratabas de relajarte yo irrumpía en tu habitación exigiendo “mamá me muero de hambre, mamá me aburro, mamá no encuentro a mi mascota en ninguna parte levántate y ayúdame a buscarla ahora mismo”… hoy comprendo cuántas cosas he logrado gracias a ti mamá, y quisera tener más de una vida para devolverte todo lo que me has dado. 

Me mostraste un mundo lleno de amor y maravillas, me enseñaste a encontrar mi propio camino y me has hecho mucho más feliz de lo que puedas imaginar, quiero que todo el mundo lo sepa: mi mamá es la mejor mamá del universo, gracias mamá, gracias por todo!

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