La reflexión de hoy
Reflexiones
Reflexión de hoy: El Río y Yo
He estado junto al río.
He visto correr sus aguas sin cesar. Sus aguas transparentes, rumorosas y frescas son vida.
He querido atrapar, detener esas aguas cristalinas y vivificadoras. Hubiera querido paralizarlas para disfrutar sumergiéndome en ellas sin permitirles fluir ni cambiar.
Pero el río es río. Y el río es fluir.
Su naturaleza es el correr de las aguas siempre idénticas y siempre cambiantes.
Como la vida misma. Me he sentido uno con el río.
Y he sentido que toda mi existencia es un cambio continuo y sin fin.
Y me he remontado al origen del río, a la fuente.
Y he comprendido que soy río que fluye, pero también fuente que brota.
He comprendido que lo que fluye es mi existencia temporal, que no puedo detener.
Pero ascendiendo llego a mi fuente. Y siento ser plenitud en la fuente.
Hay que dejar que el río sea río. Lo que tiene que correr, cambiar y fluir debe seguir su curso.
Pero las formas infinitamente variadas del río a través de su cause tienen un origen quieto, fecundo, copioso e inagotable.
Yo soy el río en el devenir de mi existencia temporal. No puedo detener las leyes de su desarrollo, evolución y cambio.
Mis formas, como las del cauce del río, no puedo detenerlas.
He de sumergirme en las formas cambiantes del río y saber que soy río.
Pero también soy fuente, manantial copioso y vivificante.
No hay río sin fuente. Me siento feliz cuando me doy cuenta de que soy la fuente de mi río.
D. Lostado
He visto correr sus aguas sin cesar. Sus aguas transparentes, rumorosas y frescas son vida.
He querido atrapar, detener esas aguas cristalinas y vivificadoras. Hubiera querido paralizarlas para disfrutar sumergiéndome en ellas sin permitirles fluir ni cambiar.
Pero el río es río. Y el río es fluir.
Su naturaleza es el correr de las aguas siempre idénticas y siempre cambiantes.
Como la vida misma. Me he sentido uno con el río.
Y he sentido que toda mi existencia es un cambio continuo y sin fin.
Y me he remontado al origen del río, a la fuente.
Y he comprendido que soy río que fluye, pero también fuente que brota.
He comprendido que lo que fluye es mi existencia temporal, que no puedo detener.
Pero ascendiendo llego a mi fuente. Y siento ser plenitud en la fuente.
Hay que dejar que el río sea río. Lo que tiene que correr, cambiar y fluir debe seguir su curso.
Pero las formas infinitamente variadas del río a través de su cause tienen un origen quieto, fecundo, copioso e inagotable.
Yo soy el río en el devenir de mi existencia temporal. No puedo detener las leyes de su desarrollo, evolución y cambio.
Mis formas, como las del cauce del río, no puedo detenerlas.
He de sumergirme en las formas cambiantes del río y saber que soy río.
Pero también soy fuente, manantial copioso y vivificante.
No hay río sin fuente. Me siento feliz cuando me doy cuenta de que soy la fuente de mi río.
D. Lostado
No hay comentarios.