El Año de Tomar las Riendas - La reflexión de hoy
Andrea siempre había sido una mujer reservada. Cada enero escribía en su agenda una lista de propósitos que, al llegar marzo, ya había olvidado por completo. Este nuevo año no parecía ser diferente: metas como “hacer ejercicio”, “leer más” o “ahorrar dinero” ocupaban las primeras páginas de su cuaderno. Sin embargo, algo en ella sentía que necesitaba un cambio más profundo, algo que no pudiera medirse con números o actividades. Andrea estaba cansada de sentirse insuficiente, de compararse con los demás y de posponer sus propios sueños.
Una tarde, mientras tomaba café con su amiga Paola, compartió su frustración. Paola, quien siempre había tenido un carácter decidido, la escuchó atentamente y le dijo:
—Andrea, el problema no son tus metas, es que no te ves como la líder de tu propia vida. Tú esperas que algo externo te motive, pero nadie va a venir a rescatarte. El cambio empieza contigo.
Esa frase resonó en la mente de Andrea. ¿Líder de su propia vida? Nunca había pensado en sí misma de esa manera. Esa noche, en lugar de hacer otra lista de metas, decidió escribir una carta para sí misma, una especie de compromiso:
“Este año voy a ser amable conmigo misma, voy a aprender a celebrar mis pequeños logros y no dejaré que el miedo me detenga. Este año, lideraré mi vida con confianza.”
El primer reto llegó rápido: en su trabajo, le pidieron liderar un proyecto importante. Su primera reacción fue decir que no, pero luego recordó su promesa. Aunque estaba aterrada, aceptó. Durante las semanas siguientes, investigó, planificó y pidió ayuda cuando la necesitó. Para su sorpresa, el proyecto fue un éxito, y Andrea descubrió algo que no sabía que tenía: la capacidad de inspirar a otros.
Con cada pequeño triunfo, su autoestima comenzó a crecer. Ya no se enfocaba en lo que no podía hacer, sino en lo que estaba logrando. Poco a poco, ese liderazgo interno empezó a reflejarse en su entorno: se inscribió en un curso que siempre había postergado, retomó una vieja afición por pintar y comenzó a rodearse de personas que la motivaban a ser mejor.
Al llegar diciembre, Andrea miró hacia atrás y se dio cuenta de algo increíble: no solo había cumplido varias de sus metas, sino que había transformado la forma en que se veía a sí misma. Había aprendido que liderar su vida no significaba hacerlo todo perfecto, sino levantarse con decisión cada vez que caía.
Reflexión:
Este año nuevo, no se trata solo de escribir metas, sino de comprometerte contigo mismo. La autoestima no se construye en un día, pero cada pequeño paso te acerca a la versión de ti que siempre has querido ser. No tengas miedo de liderar tu propia vida: los retos siempre estarán ahí, pero también lo estará tu capacidad de superarlos.
El 2025 es una oportunidad para creer en ti, para dejar de esperar el momento perfecto y empezar con lo que tienes. Recuerda, el verdadero liderazgo empieza desde adentro. ¡Haz de este año uno inolvidable!
Más reflexiones en www.eduardocontigo.net
Sigueme en Facebook como : Eduardo Contigo en vivo
No hay comentarios.