La Esencia que Trasciende las Modas - La reflexión de hoy
Lucía estaba emocionada. Ese sábado por la tarde, iba a salir con sus amigas al centro comercial para comprar ropa de temporada. La moda había cambiado tanto en los últimos años que a veces sentía que tenía que “ponerse al día” para no quedarse atrás. Mientras revisaba su armario, observó prendas que había amado hace un par de años y que ahora le parecían anticuadas. “¿Cómo pude pensar que esto se veía bien?” se preguntó riendo.
Cuando llegó al centro comercial, el ambiente era un espectáculo de tendencias: vitrinas llenas de colores vibrantes, diseños extravagantes y maniquíes con combinaciones que parecían sacadas de un desfile futurista. Lucía y sus amigas se dejaron llevar por la emoción y se probaron de todo. Al final, salió con varias bolsas llenas, sintiéndose lista para enfrentar el mundo con su nueva imagen.
Sin embargo, esa noche, mientras revisaba las fotos que habían tomado durante el día, sintió una pequeña incomodidad. En las fotos, todas parecían tan iguales: los mismos cortes, los mismos colores y las mismas poses. Aunque estaba feliz con sus compras, no podía evitar preguntarse: “¿Quién soy debajo de todo esto?”.
Días después, Lucía visitó a su abuela, Doña Amalia, una mujer sabia que siempre tenía historias interesantes. Mientras tomaban té, Lucía compartió su experiencia en el centro comercial y su confusión sobre las modas. Doña Amalia, con una sonrisa nostálgica, se levantó y sacó una vieja caja llena de fotos antiguas.
—Mira, estas eran las modas de mi juventud —dijo señalando imágenes de vestidos ajustados y peinados altos—. Y estas son de tu mamá cuando tenía tu edad.
Lucía se maravilló al ver cómo las modas cambiaban tanto de una generación a otra. Su abuela continuó:
—El mundo siempre está cambiando, mi niña. Lo que es popular hoy, mañana será historia. Pero hay algo que no cambia: quién eres. Tu esencia, tus valores y la forma en que tratas a los demás. Esas son las cosas que realmente importan.
Esa conversación quedó grabada en el corazón de Lucía. Al pasar las semanas, comenzó a elegir prendas y estilos que realmente le gustaban, no solo porque estaban de moda, sino porque reflejaban su personalidad. Se dio cuenta de que las modas eran una forma divertida de expresarse, pero no definían quién era.
Reflexión:
Las modas son pasajeras, como las estaciones del año. Lo que hoy es tendencia, mañana será reemplazado por algo nuevo. Sin embargo, nuestra esencia como personas es lo que permanece y da verdadero significado a nuestra vida. La forma en que tratamos a los demás, nuestros valores y la autenticidad con la que vivimos, son lo que realmente nos define.
Disfruta de las modas, diviértete explorando tendencias, pero nunca pierdas de vista quién eres. Al final, lo que trasciende no es la ropa que usamos, sino el impacto que dejamos en quienes nos rodean. ¡La verdadera belleza siempre viene desde adentro! Te invito a escuchar la siguiente reflexión en La rancherita 106.3 FM de Ciudad Guzmán, Jalisco.
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