Cargando su cruz - Reflexión de hoy
Ella estaba en calma. Pidió su café y se quedó mirando el menú. Dudó un momento, como si algo más pesara que su antojo. Finalmente eligió. Luego, metió la mano a su bolso, revolvió papeles, buscó entre sobres y cupones mientras la fila detrás de ella crecía… y la impaciencia también.
Algunos murmuraban, otros rodaban los ojos. Yo mismo sentí desesperación. “¡Qué falta de consideración!”, pensé. Hasta que ella levantó la mirada, notó las caras tensas, y me dijo, sin elevar la voz:
—Perdóneme, señor. No soy así. Solo que salí un momento del hospital para comprarle algo a mi hija… no ha comido, ha vomitado todo. Tiene cáncer… y no me alcanza para más. Estoy buscando un cupón para completar el pago. Disculpe…
Me quedé mudo. Sentí vergüenza. Había juzgado sin saber, como los demás. Su carga era más pesada que la mía. Su lucha, más dolorosa. Y ahí, entendí: a veces, quien más nos incomoda… es quien más necesita de nosotros.
Le pagué su orden. No como héroe, sino como quien intenta enmendar una falta de compasión.
Las personas no son interrupciones. No son likes. Son historias que no conocemos. Son luchas que no se ven.
Antes de juzgar, recuerda: el amor y la empatía también hacen milagros.
Hoy, más que nunca, seamos luz en vez de sombra.
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