El Pergamino del Silencio - La Reflexión de hoy
Laura, una mujer joven, fuerte y siempre ocupada, se encontraba limpiando un viejo baúl en el ático de la casa donde había crecido. Su madre había fallecido hacía ya varios años, y aunque la extrañaba, la rutina de la vida diaria la había llevado a olvidar muchas cosas… incluso, a veces, los sacrificios que su madre había hecho por ella.
Mientras removía papeles viejos, encontró un pergamino enrollado con delicadeza, atado con una cinta color vino. Lo desenrolló y leyó:
“Una mujer, una madre, sufre en silencio. Quisiera dar más por los suyos, pero a veces hasta se olvida de ella misma. Siempre dispuesta a dar lo mejor, sacrificando sus propios sueños. Valora a esa mujer que da la vida por sus hijos… aunque sus hijos no darían la vida por ella. Abrázala mientras puedas.”
Esas palabras le atravesaron el alma. Sintió una punzada en el pecho, como si ese mensaje hubiese sido escrito para ella, por su madre, por todas las veces que no la escuchó, que no la abrazó más fuerte, que no le agradeció.
Lloró, y al día siguiente, fue al cementerio. Se sentó frente a la tumba de su madre, colocó flores frescas y le habló como si aún pudiera oírla.
—Perdón por no verte del todo… ahora entiendo.
Reflexión:
No esperes a que sea tarde para reconocer el amor silencioso de una madre. A veces creemos que siempre estará allí, como el aire que respiramos… pero no es así.
Valora, cuida, escucha, abraza.
Hazlo mientras aún puedes. Porque ese amor, aunque nunca muere, se extraña para siempre.
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